Cabe referirse al hecho de que Perú es una república descentralizada unitaria primer-presidencial fundada en el principio de separación de poderes, por lo que el poder legislativo reside en el Congreso unicameral de la República, el poder ejecutivo encabezado por un presidente que es jefe del Estado y también el comandante supremo de las fuerzas armadas y el sistema judicial incluye el Tribunal Supremo, los tribunales del distrito y locales. En este país de América del Sur, que en la historia mostró unos conflictos violentos hacia una lucha política, el funcionamiento de la separación de poderes es muy real. El hecho interesante es que desde el año 1985 todos los presidentes de la República y sus principales rivales en las elecciones sin excepción en este momento se encuentran bajo investigación: el ex Presidente, Alan García Pérez (1985-1990 y 2006-2011) hasta el momento está esperando el veredicto, sin embargo, parece muy probable; (1990-2000), Alberto Fujimori, en diciembre de 2017 fue indultado por el jefe del Estado, Pedro Pablo Kuczynski, en ese momento; Alejandro Toledo (2001-2006) está esperando la sentencia, y la parte peruana ya ha enviado a los EE.UU., donde se había escondido, una solicitud de extradición; Ollanta Humala (2011-2016) ya está esperando con su esposa el veredicto.
La efectividad de la judicatura en Lima impresiona a muchos europeos, especialmente de Europa del Este, donde los escándalos de corrupción y la venalidad de los políticos han sido percibidos durante mucho tiempo como un fenómeno habitual.
Este “círculo vicioso” fue cerrado el 21 de marzo por Pedro Pablo Kuczynski, quien asumió la presidencia de Perú en julio de 2016. La declaración de renuncia se realizó en el contexto de la crisis política que se produjo en el país a fines del año pasado.
Ya en noviembre de 2017, la edición peruana “Caretas” publicó documentos que demostraban la conexión entre “Odebrecht” y la consultora estadounidense “First Capital Partners”, uno de cuyos directores era Pedro Pablo Kuczynski. En los años 2003-2006, las compañías trabajaron juntas con al menos tres proyectos. Otros eventos se desarrollaron rápidamente: el 13 de diciembre de 2017 los parlamentarios de la oposición “Fuerza Popular” presentaron documentos, los que indican que en los años 2004-2013 “Odebrecht” donó $ 4.8 millones a dos empresas relacionadas con Kuczynski, hay que destacar que de los cuales $ 62.5 mil durante el período en que Kuczynski ocupó cargos en el Gobierno (en los años 2004-2005 como el Ministro de Economía y Finanzas, en los años 2005-2006 como el Primer Ministro).
Sin embargo, el 28 de febrero de este año, el ex alto ejecutivo de la representación “Odebrecht” en Perú, Jorge Barata, durante la investigación de los esquemas corporativos de corrupción, dijo que para implementar la campaña electoral de Pedro Pablo Kuczynski en el año 2011, la empresa transfirió 300 mil dólares americanos. Después de la publicación de esta declaración el Congreso comenzó de nuevo el proceso de juicio político en relación con el “fracaso moral” de Kuczynski para ocupar este cargo.
Dirigiéndose a la nación ese día, Pedro Pablo Kuczynski anunció su renuncia y subrayó que “esto será mejor para mi país”. Todos los representantes de su Gobierno escribieron una declaración de renuncia en solidaridad con el Presidente. De acuerdo con la Constitución actual, el Primer Vicepresidente del país, Martín Alberto Vizcarra Cornejo, ocupará el cargo de jefe del Estado.
¿El escándalo de corrupción alejará a la nación peruana “abigarrada” del apoyo al régimen de la derecha? ¿Tomará las izquierdas en la “ola de cambio” posiciones estratégicas en el Gobierno? Estas y otras preguntas retóricas deberán ser respondidas por los peruanos en los próximos meses. Pero el dilema principal en Perú sigue siendo el desarrollo de un curso político que corresponde a la alineación moderna de fuerzas en el ámbito internacional.