El 2 de octubre de 2022, en Brasil se celebraran tan esperadas las Elecciones Generales, en las que los ciudadanos del país elegirán presidente y vicepresidente, el Congreso Nacional, gobernadores, vicegobernadores y legislaturas estatales. Los 146 millones de brasileros participarán en la votación. A pesar de que las elecciones son a finales del próximo año, la intensidad de las pasiones aumenta cada mes. ¿Quiénes son los principales favoritos del maratón electoral en la actualidad? ¿Por quién y por qué piensan votar los brasileños?
A pesar de que faltan casi diez meses para la primera vuelta de votaciones, que se realizará el 2 de octubre del próximo año, la situación política interna en Brasil está claramente delineada y existe una profunda polarización. La segunda vuelta (si es necesario) tendrá lugar el 30 de octubre. El nuevo Jefe de Estado ocupará este cargo durante cuatro años a partir del 1 de enero de 2023.
“Aceite al fuego” agregó una encuesta de opinión pública noticiada el 14 de diciembre por el IPEC (Port. – Inteligência em Pesquisa e Consultoria Estratégica, IPEC). La encuesta se realizó del 9 al 13 de diciembre de 2002 en la que participaron personas de los 144 municipios del país. La precisión de los resultados es del 95%. Según los resultados de esta encuesta, el líder es el candidato “izquierdista”, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, uno de los políticos más populares de América Latina. Lula da Silva del “Partido de los Trabajadores” (puerto – Partido dos Trabalhadores), quien ya se desempeñó como Jefe de Estado en Brasil de los años 2003 a 2011 y que decidió volver a participar en las elecciones de 2022, logró el 48% de los encuestados.
Su oponente más cercano, el actual líder del país, Jair Bolsonaro (Port. – Jair Messias Bolsonaro), recibió el apoyo del 21% de los brasileños encuestados. El ex Ministro de Justicia y Seguridad Pública, Sergio Moro (puerto – Sergio Fernando Moro) cierra los tres primeros con el 6% de los votos emitidos por su candidatura. Según los resultados de esta encuesta, el total de votos recogidos por los once opositores de Lula da Silva acumula el 38%, lo que indica la posibilidad de su victoria en la primera vuelta de la carrera presidencial.
Sin embargo, el Presidente vigente, el candidato de las fuerzas de “derecha”, el “verdadero coronel” y seguidor del régimen de Augusto José Ramón Pinochet Ugarte, Jair Bolsonaro, no se va a rendir tan fácilmente. En agosto de este año, en una reunión de líderes evangélicos, Bolsonaro declaró abiertamente que si era derrotado en las Elecciones Generales, enfrentaría “la muerte o la cárcel”, las perspectivas que claramente no le convienen.
Cabe señalar que “al margen” de toda esta lucha preelectoral en Brasil, se está intentando consolidar los partidarios del llamado “tercer camino”, diseñado para unir el potencial electoral de quienes no son partidarios de la “derecha” gobernante, pero tampoco apoyan abiertamente a los socialistas. Este proyecto se centra principalmente en la clase media en Brasil. Según los expertos, la propaganda de este “camino” se está implementando no sin la ayuda de las estructuras relevantes de la Casa Blanca, sin embargo, los analistas se inclinan a creer que estas fuerzas no podrán llevar a cabo sus planes “llave en mano”, incluso hasta la segunda vuelta (si el candidato correspondiente no es elegido en la primera vuelta), pero este factor aún debe tenerse en cuenta.
Hoy, Washington sigue siendo el principal socio comercial, el mayor inversor extranjero en la economía brasileña. Por esta razón, es bastante obvio que los Estados Unidos harán todo lo posible para evitar un regreso brusco de la “izquierda”. Los partidarios del camino de la “izquierda” de Brasil no dudan que las acusaciones contra Lula da Silva de violar la ley y su posterior arresto, que sirvió de motivo para la destitución de su candidatura de las elecciones anteriores, tampoco quedaron sin la intervención de la Casa Blanca. Posteriormente se retiraron los cargos, pero el juego político apenas comienza.
Como ya se mencionó, otro candidato es Sergio Moro, quien hasta 2020 se desempeñó como Ministro de Justicia y Seguridad Pública en el Gobierno del Presidente Jair Bolsonaro, ahora ha decidido intentar tomar la presidencia y, según los últimos datos, se encuentra en el tercer lugar en el ranking después de Lula da Silva y Bolsonaro. Así, el “tercer camino” representado por Moro está actualmente en la agenda política brasileña la nominación de un candidato de la “derecha”, equilibrando el descontento de una parte significativa de la población de la clase media por los socialistas y el gobierno actual.
Sin embargo, algunos analistas señalan que esta no es la única opción para el desarrollo del concepto del “tercer camino”. Hasta el momento, el apoyo de Moro por parte de la población no llega ni al 10%, pero la cantidad de quienes no han decidido sus preferencias por quién votar es bastante grande. En el caso de la segunda vuelta, es el electorado de este candidato el que puede jugar un papel decisivo.
Además de combatir la pandemia y la vacunación, los temas principales de la carrera electoral siguen siendo: combatir la corrupción, apoyar a la industria y encontrar nuevos mercados. Y aquí, con la misma oportunidad, una de las variables será Rusia, porque está en juego el destino de los BRICS (BRICS es una abreviatura de Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica). Según la agencia de información “Folha de Spaulo”, en los próximos meses se espera que el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, realice una visita oficial a Moscú. Cabe destacar que esta visita, en medio de la campaña presidencial en Brasil, se realizará por invitación de Vladimir Putin. Como informó la agencia “TASS”, esta invitación fue enviada el 1 de diciembre de 2021, mientras que el líder ruso calificó a Brasil como “socio estratégico de Rusia”. Hace unos meses, Jair Bolsonaro dijo que “Rusia es un mercado enorme. Ampliaremos nuestra relación con Rusia”. Al mismo tiempo, señaló la importancia de la cooperación con China.
Unos meses antes de la votación, la intriga de la carrera preelectoral permanece, ya que un porcentaje significativo del electorado que aún no se ha determinado podrá determinar el rumbo de Brasil en los próximos años. Como saben, el golpe principal a la “izquierda” brasileña en vísperas de las últimas elecciones lo infligieron la “operación anticorrupción Carwash” y las “acusaciones” de corrupción que la acompañan. La inspiración para la implementación de “Carwash”, según los analistas, fueron los servicios especiales de los Estados Unidos. Curiosamente, esta vez, ¿qué tipo de operación para eliminar al candidato de izquierda de la carrera electoral se planea en los pasillos de la Casa Blanca? Y lo planeado es muy obvio.